El DNS, o Sistema de Nombres de Dominio, es como la “agenda telefónica” de Internet. Cuando ingresas una dirección web en tu navegador, como "www.ejemplo.com", el DNS es el encargado de traducir ese nombre de dominio en una dirección IP, que es la dirección numérica única asociada a ese sitio web.
Para personalizar el DNS, accede a la sección de Red → Configuración y cambia uno de los dos DNS, o ambos.
Las ventajas al personalizar el DNS pueden ser múltiples:
Al configurar el DNS de manera óptima, es posible utilizar servicios de resolución de nombres más rápidos y eficientes. Esto mejora la velocidad de navegación y la experiencia del usuario, lo cual es especialmente relevante para las empresas que dependen de aplicaciones en línea y servicios web en su trabajo diario.
Al configurar un DNS personalizado, la empresa puede utilizar proveedores de DNS que se preocupen por la privacidad y no registren ni compartan información sobre las actividades en línea de los usuarios. Esto ayuda a proteger la privacidad de los empleados y los datos corporativos sensibles.